viernes, 14 de enero de 2011

No voy a pedir perdón

Hace ya algunos años, en el siglo pasado, en la prehistoria de Internet, cuando en España se pagaba la conexión por minutos y tenias que hacer cábalas para conectarte a una hora en la que no hubiera muchos japoneses y estadounidenses que colapsaran los cuatros servidores mal contados que había en ese momento, cuando prácticamente no había paginas en español, cuando yo era considerado una especie de bicho raro por hacer esas cosas con los ordenadores, inconvenientes de por ir de pionero por la vida, me pasó una cosa curiosa.

En el colmo de la modernidad y haciendo un alarde tecnologicodomestico, me conecté a un chat con mi 386 que costó una barbaridad de dinero, creo que era el primer chat de España.

Vi que había varias salas, distribuidas por edades y aficiones, otra salas tenían nombres más sugerentes, como “ligar” o “sexo”. El caso es que como no me vi identificado con ninguna en especial, me quedaban dos opciones, entrar en la de mi grupo de edad, treintaymuypocos en ese momento o en una que se llamaba “amistad”

Éramos cuatro gatos mal contados, había muy poca gente con acceso a Internet y eso se notaba en “la audiencia” de las páginas existentes.

Resulta que me presenté y empecé a charlar con la gente que allí había, más o menos al cuarto de hora se me abrió lo que fue la primera ventana emergente de mi vida con un nombre de apodo que podía ser femenino, aunque la verdad es que me daba igual, luego supe que en vez de apodo se dice nick.

El caso es que a la media hora de conversación agradable e inteligente con alguien que realmente no sabía si era hombre o mujer, la verdad es que me daba igual, de repente empiezan a preguntare por mi genero, vida, ya el nombre real, a que me dedicaba…

El caso es que sin faltar a mi privacidad fui respondiendo la parte que podía responder ya que la poca información que podía estar dando sobre mí, era recíprocamente adelantada por la otra parte. Bien… tampoco suponía un problema decir que rea tío, mi edad, mi ciudad y esas cosas.

De repente se hizo la pregunta del millón de dólares (aun no había euros)

- ¿soltero?

-No, casado.

-¿y te va bien?

- Si, muy bien.

-¿No tienes ningún problema con ella?

-No, ninguno.

¿Y entonces qué haces aquí?

-Pues, no sé, vi que ponía amistad…

Una despedida fría y se fue. Sé ve que había pisado un territorio que no era para mí, independientemente del nombre de la sala del chat.

El caso es que ayer (13-01-2011) me volvió a pasar algo parecido en facebook.

Fui reprendido en un mensaje privado por un@ policía del ciberespacio, ya que al parecer estaba interfiriendo en la zona de cacería de piezas de sexo contrario en la página de un@ de mis agregad@s.

Y nuevamente se me puso cara de imbécil. Ya que no era consciente de mi “interferencia”

Pues bien, por mi cabeza pasaron un montón de ideas, y me acordé de aquel día y de aquel corte en un chat.

Pues bien, para ligar hay paginas de solteros, divorciados, solitarios por obligación o devoción, en las que nunca se me ocurriría entrar, ya que no tengo necesidad de ello. Pero en Facebook, que yo sepa no hay ningún cartel a la puerta que ponga “prohibido el paso a gente con pareja estable” o, “prohibido escribir en el muro de los singles si no vas a ligar con él” por lo tanto, los singles de facebook que se sientan interferidos por mí, que me quiten como “amigo” por favor.

El caso es que parece que ha llegado un momento en el que casi se me obliga a pedir perdón por tener una pareja estable desde hace casi treinta años, jo, pues lo siento, pero no. Esto me ha salido bien (por lo menos hasta el día de hoy) Puede ser raro ¿y qué? Ya está bien joder, soy monógamo, fiel y muy feliz y si eso molesta a mi me da exactamente igual.

Pues ya sabéis, en el párrafo anterior he dejado claritas las instrucciones.

Besos y abrazos muy fuertes a los que os quedéis, independientemente de vuestro estado sentimental.

Diego.