martes, 9 de noviembre de 2010

Hoy toca perros (julio 2007)

Queridos todos:

Estos días previos a la primera escapada masiva de las vacaciones, me siento un poco avergonzado de pertenecer al club de los que tenemos un perro en nuestra vida.

El caso es, que durante la semana pasada, algunas campañas de propaganda me piden que no abandone a mi perro para que yo pueda irme tan tranquilo de vacaciones.

Por lo tanto voy a poner a caldo a algunos dueños de perros, yo no me considero dueño de mi perro, mi perro es mi amigo y está con nosotros porque él quiere.

Jamás he comprendido a los que son capaces de soltar a un perro en una cuneta y seguir camino de la playa tan frescos, y el caso es que eso se hace varias miles de veces cada verano, lo cual indica el elevado nivel moral y cultural de nuestro amado país llamado España. (Si alguien puede que me dé datos de otros países)

En mi caso, tengo la suerte de vivir en una zona con grandes espacios abiertos, lo que antiguamente se llamaba campo, lo que permite que mi peludo amigo pueda correr libremente cerca de casa y hacer otras cosas de perro sin molestar a nadie.

Bueno... pues me avergüenzo de ver a mis vecinos como sacan a sus perros en una zona infantil literalmente pegada al susodicho campo, y es que hay que tenerlos más grandes que el caballo de Espartero para hacer eso. Para mis lectores de fuera de Madrid, el general Espartero tiene una estatua ecuestre en la calle de Alcalá y el caballo tiene unos atributos realmente considerables. ¿Cómo es posible que suelten al perro en un sitio donde están los columpios de los niños? Es que no es uno ni dos.

No debe ser muy difícil enseñar al perro, ya que yo lo he logrado, y si no queda más remedio tengo dos bolsas con unas 100 pinzas “cogecacas” por si hubiera que usarlas en una zona urbana.

Durante los 8 años que lleva mi cuadrúpedo amigo viviendo en casa nos ha dado lealtad, amistad, compañía y seguridad, nos ha hecho recibimientos espectaculares en el aeropuerto de Barajas al regreso de algún viaje de trabajo, ya que si el viaje es de placer, se viene con nosotros, Leute ha paseado por los Campos Eliseos, la pza. Mayor de Bruselas, donde se ligó a una perrita italiana, los jardines de los palacios de Múnich, El castillo de Salzburgo, ha corrido por las playas de Normandía y los pueblos de la Bretaña francesa, ha subido a los pirineos ha estado en los castillos de Luis II de Baviera en los Alpes y... no se baña en la playa por que no le gusta. Si alguna vez y por alguna extraña razón no pudiera venir y como último recurso... se quedaría en una residencia canina, jamás seria abandonado.

La culpa de todos los impedimentos que se nos ponen a la hora de llevar a nuestros amigos a hoteles, restaurantes, etc. es nuestra y solamente nuestra, un poquito de esfuerzo en la educación y un poquito de civismo arreglarían el problema, y es que siento autentica envidia cuando veo en otras capitales europeas como el perro se sube tranquilamente en el metro y en el autobús, incluso tienen su billete. Evidentemente, y en líneas generales, nos queda mucho por aprender, pero ¿Que vamos a esperar? Si cuando nos damos cuenta de que el animalito tiene unas necesidades básicas que tenemos la obligación de cubrir, lo ponemos en la calle, ¿cómo vamos a recoger una caca?


No importa, el próximo año por estas fechas nos volverán a dar las cifras de los perros abandonados, los que se han muerto atropellados siguiendo desesperadamente el coche de sus ex – amos, y nos dará igual. Todos los lunes nos dicen las cifras de los muertos en accidentes de tráfico y también nos da igual, como para preocuparnos por los perritos abandonados. Esto es una lucha totalmente inútil. Hoy es que me ha dado por esto... perdonarme... la próxima vez escribiré sobre algo que haga más gracia.

Yo, Diego

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