martes, 9 de noviembre de 2010

Por si acaso no lo sabéis (Escrito durante el mundial de Alemania)

Queridos todos:

Por si acaso no lo sabéis, jo, ya titulo mis tonterías como las encíclicas, en estos días se está realizando en las llanuras del centro de Europa, un evento deportivo que acapara la atención de un importante sector de la humanidad, el otro sector se conforma con tener para comer, y esto le da igual.

Se trata del Campeonato Mundial de Fútbol.

Nuevamente, por si acaso no lo sabéis, se trata de un deporte en el que en su máximo nivel, un grupo de once niñatos millonarios con pantalones bermudas, se enfrenta a otro grupo de once niñatos millonarios con pantalones bermudas, los cuales intentan introducir un balón de cuero fabricado por niños explotados en el tercer mundo, seguro que las monjitas me llamarían comunista otra vez, en un rectángulo que mide once metros y pico por dos metros y pico, es que no se me los picos, lo siento.


Los asistentes a tan magno acontecimiento suelen tomar partido por uno de los grupos de once niñatos millonarios con pantalones bermudas, que en este caso se supone que representan a su país. En las gradas de los coliseos, dan gritos guturales, entonan cánticos patrióticos y bailan danzas guerreras. Si hubiera un Cesar en el palco, señalarían con el pulgar hacia abajo pidiendo la decapitación del árbitro, de algún juez de línea o de un defensa que acaba de cometer una falta a algún niñato del equipo de nuestros amores.

El caso es que el hecho de que el fútbol sea un deporte tan popular creo que tiene una fácil explicación. Se puede jugar en casi cualquier parte, en mitad de la calle, en un descampado, en el pasillo de casa, en la sala de espera de un hospital, en un taller mecánico, etc. Solo hace falta algo redondo y algo que sirva de portería.

Yo nunca destaqué como futbolista en aquellos grandes partidos jugados en el recreo del colegio. Hasta 7º de EGB tuve mucha suerte, ya que estaba en un colegio con dos clases por curso, y los partidos eran, 1º A contra 1º B, 2º A contra 2º B, y así sucesivamente a lo largo de los años. Mi suerte era que siempre estaba en el equipo A independientemente de mi destreza en el arte de dominar el esférico, eran partidos de treinta contra treinta, y nadie tenía en cuenta ninguna otra consideración.

Pero a partir de 7º de EGB mi suerte cambia...

Solo teníamos una clase por curso, y claro había que hacer dos equipos... los dos líderes deportivos de la case escogían su equipos, y yo siempre me quedaba el último. Lo asumí con bastante entereza... hoy seguro que me habrían llevado al psicólogo.

Solo una vez metí un gol, fue en cuarto de EGB yo tendría nueve o diez años, y recuerdo exactamente como fue. Por uno de esos milagros de la vida yo estaba solo delante de la portería, no estaba el portero, el balón, no sé como vino hacia mí, le pegue un patadón, y entro.

Yo a lo largo de mi vida he realizado acciones más o menos importantes, incluso alguna realmente heroica, si tengo tiempo ya os contaré, pero nunca, nunca, he sido aclamado como aquel día, en fin, que le vamos a hacer... y es que se ve que te puedes esforzar un güevo en tu vida... pero si no metes un gol, no eres nadie.

Voy a terminar estropeándolo, a ver si hay suerte y por lo menos pasamos de cuartos.

Besos y abrazos.

Yo, Diego


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